La reducción del consumo de leche líquida en los países desarrollados y los márgenes reducidos están complicando el futuro de las industrias convencionales de leche.
El informe analiza la situación de Estados Unidos, pero es de aplicación a una realidad que se está dando a nivel global, y cada vez más rápido.
Si bien en Norteamérica la leche sigue siendo uno de los productos domésticos más demandados por los consumidores, la leche tradicional se bebe cada vez menos, dijo Tom Bailey, analistas lácteos de Rabobank.
Bailey describe el problema y lo que los procesadores pueden hacer para mejorar sus resultados finales en su nuevo informe “Making Milk Cool Again”. Entender lo que los consumidores quieren y valoran, e invertir en innovación y marketing son clave, dijo.
Los números son contundentes, durante los últimos 10 años la demanda ha caído un 2% interanual en América del Norte y un 3% en Europa occidental.
Pese a eso, hay espacio para que las lácteas vuelvan a crecer y recuperen protagonismo. “Algunas marcas exitosas ya han demostrado que la leche puede ser cool”, dijo. “Pero, si los últimos 10 años enseñaron algo a la industria láctea, es que la leche tradicional se está comercializando incorrectamente a los consumidores equivocados”.
La falta de innovación en el desarrollo de la producción deja a la industria con leche entera o descremada en una jarra translúcida con una etiqueta tradicional. “No es lo que el consumidor está buscando”, dijo.
En EEUU la que más sufre es la leche descremada, que ve como disminuye su venta mes a mes, pero a su vez, está creciendo la venta de leche entera, orgánica y ultrafiltrada.
Cualquier persona que quiera competir necesita renovar su leche, dándole una mayor calidad, un empaque y un cambio de marca más nuevos, y comunicarse de manera efectiva a través de medios de comercialización modernos, dijo.
Una encuesta realizada por la agencia Mintiel destacó las razones por las que la gente elige la leche como alimento, su valor nutritivo, el sabor, que contenga vitaminas y minerales, que contenga proteínas y un precio accesible. A su vez, detectó que haría que la gente compre más lácteos, proteínas adicionales, probióticos y menos azúcar.
Un ejemplo exitoso es la leche Fairlife, que cumple con los tres factores principales para impulsar un mayor consumo y tiene un 30% más de calcio que la leche convencional. También ofrece opciones de una sola porción y ultrapasteurización, que fueron otros dos factores señalados por los encuestados.
Esa podría ser la razón por la cual Fairlife ha crecido un 263% desde 2015, y ahora representa el 3% de todas las ventas de leche líquida en los Estados Unidos por valor, dijo.
Los consumidores también se preocupan por la sostenibilidad y el bienestar animal, y los consumidores más jóvenes dependen en gran medida de las redes sociales.
Los procesadores pueden diferenciar su producto de la leche convencional y agregar valor para márgenes más altos o pueden ir por la ruta de escala y eficiencia, dijo.
“El ochenta y cinco por ciento de los estadounidenses todavía tienen leche en sus refrigeradores, pero si desea obtener márgenes necesita premiumizar o ser más eficiente”, dijo.