El consumo en supermercados se deteriora y relega a lácteos, limpieza y cosmética.

En una muestra elocuente del deterioro en el poder adquisitivo, el consumo masivo cayó fuertemente en el segmento de bebidas, productos lácteos, limpieza y cosmética, para concentrarse estrictamente en los bienes de la canasta básica familiar.

Así lo demuestra un estudio de la consultora Nielsen, donde se observa que en agosto la compra de bebidas tuvo una caída de 3,9%; “frescos, lácteos y congelados” experimentó un derrumbe del 11,4%; productos de limpieza bajaron sus ventas un 4,6% y cosmética y tocador, 2,8%.

En todos estos descensos tuvo incidencia un elevado aumento de los precios que el mes pasado -según fuentes de cadenas de hipermercados- alcanzó el 14% en el rubro lácteos y “fue incluso superior en el universo de artículos de limpieza e higiene personal”. Desde la cámara Cedeapsa, que representa a supermercados chinos, se refirieron a un recorte “notable” en “todos los productos que no son realmente básicos”. “Inclusive, dentro de los básicos, hay una clara orientación a fideos secos, polenta, arroz. Ya no hay miramientos para ahorrar”, sostuvo.

De acuerdo con Nielsen, la adquisición de los artículos esenciales de almacén subió 3,6%. Asimismo, hubo el mes pasado una desaceleración en la caída del consumo, comparado con el mismo período del año anterior: la baja de las compras generales fue de 3,3%. “Se observa una menor caída en la Ciudad de Buenos Aires y GBA (-1,2%) en comparación con el interior del país (-4,2%)”, amplía.

Por su parte, según la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales, la elaboración de bebidas retrocedió 7,3% en los primeros siete meses de 2019, por lo que alcanzará el menor volumen en quince años. En lo que concierne al segmento del retail, “el consumo total de bebidas (en hectolitros) exhibió una profundización de su descenso, al caer 9,3% en los siete primeros meses del año, con sólo 33,3 millones de hectolitros”.

El titular de Consumidores Libres, Héctor Polino, señaló a este medio que “se redujo el consumo de alimentos con proteínas de origen animal, sobre todo carne vacuna y lácteos. La canasta de alimentos disponible en mucho hogares del Conurbano y de las grandes ciudades del interior de la Argentina, depende en gran medida del acceso a bolsones, cajas de alimentos y apoyos alimentarios y a la oferta de los comedores y merenderos comunitarios o a las escuelas y parroquias”.

En línea con el debate planteado sobre la situación del consumo, Polino afirmó que “la provisión de alimentos por parte del Estado resulta insatisfactoria y de mala calidad nutricional y ese apoyo ha disminuido en cantidad y variedad, lo que se traduce en menos alimentos entregados”.

Dentro del informe de IES, consta que en el acumulado de siete meses de 2019, las exportaciones de bebidas totalizaron US$542 millones, con una leve caída del 1,5% con respecto a igual período del año 2018. En cantidades, los despachos crecieron 18,3%, al totalizar 259,9 millones de litros.

Con respecto a las importaciones de bebidas, otro indicador del consumo aunque más restringido, entre enero y julio llegaron a los US$49,2 millones, con una fuerte baja de interanual del 43,6%, mientras que en volúmenes cayeron 51,6% con 30,5 millones de litros.

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