El grupo de alimentación Calidad Pascual aprobó en 2018 un dividendo de cuatro millones de euros, el primero que lleva a cabo desde el ejercicio 2008.
Así consta en la memoria financiera consolidada de la compañía, controlada al 100% por el holding familiar Corporación Pascual. “El 28 de septiembre de 2018 el accionista único (…) aprobó la distribución de dividendos con cargo a reservas por importe de cuatro millones de euros”, indican las cuentas depositadas en el Registro Mercantil.
“Dicha distribución ha sido realizada teniendo en cuenta las condiciones establecidas por las instituciones financieras con las que se tiene la financiación sindicada”, prosigue.
En junio de 2016, la compañía que preside Tomás Pascual firmó un crédito sindicado de 200 millones de euros y un vencimiento a cinco años, del que a 31 de diciembre restaban por amortizar 170 millones. Pese a ello, la mejora de los resultados del grupo en los últimos dos años ha permitido a la compañía retribuir a su único accionista.
En 2018 registró un beneficio de 11,9 millones de euros, una mejora del 14% respecto al cosechado en 2017. Es el beneficio más alto desde el año 2011, cuando la ganancia superó los 18 millones, y es el segundo año consecutivo que la compañía consigue cerrar en positivo.
Desde la misma se explica que la política siempre ha sido la de la reinversión de los beneficios en su propia actividad, para garantizar su buena salud en el largo plazo, aunque la mejora de las ganancias en los últimos dos años ha permitido aprobar ese dividendo.
Los ingresos de Calidad Pascual en 2018 alcanzaron los 690 millones, un 3% más. Alrededor del 5% de la facturación la generó fuera de España.
Por segmentos de negocio, el de agua fue el que más tiró de la mejora de los ingresos, mejorando un 9%, hasta los 127 millones. También los ovoproductos, o derivados del huevo, que crecieron un 33% hasta 56 millones.
La principal categoría de negocio para Pascual, los productos lácteos, se mantuvieron en la misma línea que en 2017, con una facturación de 440 millones, mientras que los zumos y Bifrutas cayeron un 13%, y con sus 56,4 millones facturados se convierte en la última línea de negocio por ingresos.
En materia fiscal, la compañía refleja en sus cuentas que ha dejado de reconocer seis millones de euros por deducciones pendientes de aplicar y que da por irrecuperables.