En la última Asamblea de los 29 –el órgano ampliado de la dirección de Conaprole- la cooperativa anunció que para 2020 se va a cerrar la planta industrial que tiene en San Carlos, una decisión que aseguraron las principales autoridades de la empresa se venía estudiando hace tiempo.

En este sentido, el directorio de Conaprole argumentó que la decisión tomada era en función de mejorar la eficiencia de la cooperativa, para mejorar el precio que hoy le está pagando a los productores lecheros ante una situación muy compleja que vive el sector desde hace cuatro o cinco años.

Ante la comisión de Trabajo de Diputados, el presidente de Conaprole, Álvaro Ambrois, argumentó que la planta del centro industrial de Montevideo –donde se produce leche fresca, al igual que en la planta de San Carlos- tiene capacidad ociosa como para cubrir la producción de la planta ubicada en la ciudad carolina. Pero Ambrois agregó un elemento más en el Parlamento.

El directivo dijo que la planta de San Carlos no se ha actualizado según las normas de la propia cooperativa, “que se maneja con criterios muy exigentes” al recibir auditorias internacionales de los principales clientes de forma asidua.

“La planta de San Carlos no estaba bajo esa política de actualización permanente porque estábamos previendo esta posibilidad (por el cierre). Por ejemplo, en la parte de efluentes no se han hecho inversiones de ningún tipo. Esta es otra de las razones que explican la decisión. Hay que hacer inversiones muy importantes que no generarían retorno, por lo que no tiene sentido realizarlas cuando esta producción se puede hacer en el centro industrial de Montevideo”, explicó Ambrois ante los legisladores nacionales.

En la misma línea se expresó el directivo Gabriel Fernández, que indicó que para que la planta siguiera trabajando y cumpliera con los estándares internacionales que Conaprole debe seguir se tendría que realizar una inversión “muy importante”.

“La cooperativa no está en condiciones de hacerla, ya que todas las inversiones planteadas están pensadas para nuevas oportunidades de negocios, y ese no es el caso de la planta N° 10, que elabora un monoproducto y está quedando obsoleta”.

Según argumentó Fernández, la producción de leche en la cuenca del este disminuyó un 50% en los últimos años y Conaprole pasó de recibir en el orden de 250 mil litros diarios de esa zona a menos de la mitad.

Los directores de la cooperativa sostuvieron que también una de las prioridades de la empresa tras este cierre, será mantener las fuentes de trabajo e insertar a los trabajadores de San Carlos en otras plantas como la de Montevideo, San Ramón u otras a medida que se generen vacantes por retiros.

De todas formas, a medida que el proceso de cubrimiento de vacantes se vaya dando, el presidente de Conaprole no descartó que haya que enviar trabajadores a seguro de paro en algún momento.

“Lo ideal sería poder coordinarlo y no tener que llegar a esa instancia, pero estas son las cosas que tenemos que empezar a considerar. Lo ideal es que asumamos esta realidad, que los trabajadores la vena y buscar la forma de ir coordinando estas cosas que no son sencillas, pero tampoco imposibles”, explicó Ambrois.

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