Ni la valla de Cabralact queda en el municipio Los Taques de Paraguaná, en el estado Falcón. Lo que llegó a ser una infraestructura donde criar cabras para producir leche y cubrir el programa de un vaso de leche diario en las escuelas del municipio, quedó en el olvido. Poco a poco la delincuencia la desvalijó, quedando solo las ruinas de un sueño incumplido.
Cabralact era un núcleo de desarrollo endógeno orientado a las actividades del rubro caprino, ubicado en el sector El Hoyito del municipio Los Taques, a pocos minutos del parque eólico de Paraguaná. Tenía como finalidad producir leche de cabra y subproductos lácteos para contribuir con el mejoramiento de los niveles nutricionales de la población infantil del municipio y mejorar la calidad de vida de los habitantes.
También tenía como propósito fortalecer el desarrollo del capricultor asentado en la Península de Paraguaná, principalmente los del municipio Los Taques, brindándoles programas de capacitación, mejoramiento genético, corrales y pozos.
Su misión era desarrollar el área rural de los poblados del municipio, entre ellos, El Hoyito, El Tacal, Cumujacoa, El Hato, El Hoyo, La Sabaneta y Jacuque, a través de la producción caprina tecnificada, con la venta de derivados del rubro caprino. El plan preveía instruir a los productores en materia de control, calidad y excelencia. El alcalde del municipio Los Taques para ese entonces, José Luis Iglesias, dijo a los medios de comunicación que la meta era repartir mil vasos de leche para los estudiantes del Casco Central de Los Taques.
La Fundación Cabralact nació en octubre de 2007, en el segundo gabinete móvil realizado por el presidente Hugo Chávez, en Barquisimeto, estado Lara. Allí aprobaron un monto inicial de 2.030.732.000. bolívares. Era el único proyecto aprobado para Paraguaná en ese momento.
En esta primera entrega estaba prevsta la adquisición de dos camionetas Pick Up y un camión 350, una miniplanta de lácteos con su respectivo equipo de pasteurización y homogenización, laboratorio de análisis, cuarto frío, baños, oficinas, quesera y embolsado de leche líquida para el programa escolar en presentaciones de 500cc, una planta eléctrica de 80 KVa, un aprico para albergar 750 animales hembras y otro para 10 machos; además de un galpón de almacén de alimentos y medicinas, un tanque aéreo con capacidad de 12.000 litros de agua para los semovientes. Todo fue comprado, menos la planta de homogenización para embolsar la leche del plan escolar, ya que la Alcaldía de Los Taques nunca desembolsó su parte del dinero correspondiente al proyecto.
El proyecto inició con un lote de 250 cabras mestizas canarias, unas preñadas y otras con pie de crías y cinco padrotes provenientes de Tintorero, estado Lara. Todos estaban vacunados y pasados por cuarentena ante de ingresar a las instalaciones.
Para ese momento se hizo una selección de los animales; una parte de ellos fueron repartidos a los productores de la zona para que fueran adiestrando sus corrales. Un año después, Cabralact adquiere un lote de cabra mestiza canaria (150 hembras) procedente de Churuguara, en el estado Falcón, para lograr un total de 400 semovientes de vientre listo para empezar con los mejoramientos genéticos en las zonas rurales del municipio Los Taques, previo cursos de capacitación.
La infraestructura se construyó ese mismo año y los productores de la zona comenzaron a trabajar en lo que se iba formando Cabralact. A través de la empresa privada recibían subsidio para el alimento de los animales; mientras que desde la fundación que lleva el mismo nombre trabajaban para fomentar la cría de animales en la zona y enseñarles a procesar la leche.
Se creó la Asociación de Caprinos de El Hoyito con 80 productores. A través de la Fundación Cabralact hicieron 15 repartos de 40 animales a productores de los caseríos del municipio Los Taques, quienes recibieron a través del profesor de la Universidad Francisco de Miranda, Noel Blanchard, nueve talleres de formación, donde se les mostró como cuidar de las cabras, siembra de pasto y atención de emergencias; así como con productores del estado Lara, que dictaron talleres de producción de queso duro, semiduro, aliñado, de camarones, de chocolate y ahumado.
Los primeros 20 productores que recibieron los talleres también se beneficiaron con dos chivos cada uno, vacunados y con su certificado, además se les hicieron los corrales y semanalmente recibían el alimento concentrado y el pasto para los animales subsidiados por la fundación.
A principios de 2008, inició la producción de 100 litros de leche diarios que eran entregados a los productores de la zona a un precio subsidiado que pagaban cada 15 días, para que practicaran lo aprendido durante los talleres y pudieran vender sus insumos.
Esto se hacía porque la planta pasteurizada nunca se compró, aunque se pidió a una empresa en Barquisimeto, la Alcaldía de Los Taques nunca hizo el desembolso; por ello, no se podía entregar la leche a las escuelas como estaba previsto.
Esta producción duró dos años aproximadamente, hasta finales de 2010 cuando la empresa llegó a tener 450 cabras y 250 chivos nacidos en el lugar. En ese momento, los mismos trabajadores denunciaron ante los medios de comunicación regionales que los animales se estaban muriendo de hambre porque ya no les llegaba el alimento concentrado ni el pasto.
Franklin Marín, obrero y cuidador de los animales, denunció que el 8 de febrero de 2011 se murieron 150 cabras, por falta de alimentos. “Desde 2010 se habían empezado a morir, poco a poco, por falta de comida; las sacaban a las calles, porque no había recursos para comprar el alimento. Tampoco nos pagaban a los trabajadores. Eso yo lo denuncié en la prensa y en la radio”, dijo a El Pitazo en agosto de 2019.
Recordó que fue a la Alcaldía de Los Taques para exigir una explicación, tanto por el pago como por los animales que se estaban muriendo, pero nunca recibió respuestas. “De la alcaldía me dijeron ‘deja eso quieto, no embochinches eso, porque puedes ir preso”.
Denunció que lo engañaron diciéndole que se iban a llevar las últimas que quedaban del rebaño al sector El Taparo, pero al poco tiempo supo que las habían sacrificado tras haber sido diagnosticadas con una bacteria, por el Distrito Sanitario número dos de Punto Fijo.
Luego de que la empresa quedara sin animales, también quedó sin los cinco trabajadores que habían aguantado hasta el final por proteger los rebaños. La infraestructura quedó sola, situación que generó que los malvivientes comenzaran a hurtar todo lo que estaba en el lugar, al punto de quedar abandonado y destruido, tal y como se encuentra en agosto de 2019.
Adiestramientos para el sector
En marzo de 2009, el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces) Región Falcón anunció que dictaría cursos de producción de abono orgánico a los productores ovinos y caprinos del municipio Los Taques.
Arturo Contreras, coordinador para el momento del programa Agrícola del Inces, detalló que la procesadora de leche de cabra del núcleo de desarrollo endógeno Fundación Cabralact, era el lugar indicado para efectuar este adiestramiento por contar con los semovientes, planta y corrales para la producción de leche y sus derivados.
Mientras, el alcalde José Luis Iglesias dijo que Cabralact representaba uno de los proyectos de mayor envergadura aprobados por el Gobierno nacional para este municipio. Además, que tenía como objetivo primordial abastecer a la población infantil mediante la inclusión de un vaso de leche de cabra en el Programa de Alimentación Escolar (PAE) y de ser un centro de mejoramiento genético de la raza caprina canaria.
Los vecinos no se beneficiaron nunca
Los habitantes de El Hoyito contaron que no fueron incluidos en el proyecto, a pesar de que estaba construido en su comunidad, mucho menos vieron nunca un litro de leche de las cabras ni en las escuelas ni en las viviendas, tal y como lo habían prometido.
“Ese lugar fue abandonado y poco a poco los malandros lo fueron desvalijando, lo dejaron sin resguardo, nadie lo cuidaba y así es como ha quedado. Lo único que funciona es un galpón que lo usa la Alcaldía de Los Taques para guardar cosas, pero tampoco sabemos qué es lo que guardan”, dijo José Gregorio Ávila Ramírez, habitante del sector Nuevo Amanecer de El Hoyito.
Los habitantes de estas comunidades y El Hoyo, que está adyacente a la construcción, pensaron que este proyecto sería de beneficio para todos, que generaría empleos, alimentos para las familias y sería una puerta para que más cosas llegaran al sector que está bastante alejado de la ciudad.
Malnutrición en alza
Rescate Venezuela Falcón visitó el municipio Los Taques el 22 de junio de 2019, a través de un campamento humanitario donde atendieron a 470 personas, entre adultos y niños. Allí constataron que de cada 10 niños, nueve presentan malnutrición, debido a que existe una baja ingesta de proteínas.
La coordinadora estratégica regional de Rescate Venezuela Falcón, Johana Cermeño, contó que desde 2017 no hay una cifra oficial; sin embargo, tras las visitas que han hecho a los distintos municipios de la región falconiana, saben que la más afectados es la población infantil, percatándose de que 78 % de los niños está en riesgo nutricional.