Jorge Chemes, vicepresidente de CRA.

La nueva devaluación dejo una vez más a la actividad de la lechería en quebranto. Más allá que el precio que vino recibiendo el tambero fue mejorando, éste sigue sin poder cubrir los costos de producción. Así lo señala el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, que fue duro con la actual gestión de Agroindustria a la que criticó por la falta de una política para con el sector. El productor alerta que si un nuevo gobierno no otorga incentivos a la actividad, habrá que importar leche.

—Hace poco el director de lechería, Alejandro Sammartino, sostuvo que la relación leche/maíz no está mal y aseguró que al productor tambero no le preocupa la devaluación. ¿Es verdad?
—No entiendo donde está lo que dice Sammmartino que los tambos están mejor. Son todas mentiras.

—¿Les preocupa el tipo de cambio?
—Claro. Hay que recordar que el precio de los granos se mueve al ritmo del dólar y nuestros costos y producción están en pesos, pero además con el agravante de que hoy las industrias ya están diciendo que necesitan retrotrater los precios al mes de junio para poder exportar y ser competitivos, con lo cual esa fórmula es letal para nosotros y es la antesala de que volvemos a entrar en una crisis profunda.

—¿Pero no venía mejorando el precio que recibían?
—Estuvimos en un mini-veranito el cual empezó en octubre de 2018 y se terminó en julio pasado. El precio al productor se fue frenando porque cayó el 18% el consumo interno, las exportaciones no aumentaron a pesar de lo que digan y desde ya por la devaluación.

—¿Que balance hace de la actual gestión?
—Negativa. Además de la desaparición de tambos, los que hemos sobrevivido estamos en un profundo quebranto, no tenemos mecanismos de financiación por las altas tasas ya conocidas por todos. Los márgenes no daban para que poder pagar la deuda que arrastramos y poder crecer, en pocas palabras lo que se buscó fue sólo achicar deuda. A lo mucho el que pudo pagó entre un 20% y 30% su deuda, a partir de ahí no se pudo hacer nada.

—Pero ¿Y los subsidios que hubo a comienzo de la gestión?
—Al principio este Gobierno tuvo que salir a subsidiar porque la situación era más grave que la de ahora, pero además porque tenía otras perspectivas de lo que podía pasar con la leche. Los créditos que había en ese momento nunca fueron para tambos, ya que si entrabas a un banco te daban vuelta la cara porque el negocio no era rentable. En pocas palabras, no hay política de Estado para la lechería, nunca lo hubo por más que lo discutan que me muestren cuál es, no hay ni una.

—¿Y cuál cree que hubiese sido la mejor medida?
—Ellos nunca quisieron intervenir porque decían que era un negocio entre privados, pero podrían al menos haber tratado de acordar un equilibrio entre industria y producción para ver si se podía llegar a un acuerdo de precios o algo parecido, y por supuesto haber lanzado líneas de crédito especial a valor producto, es decir si se tomaba un crédito de $100.000 y eso equivalía hasta tantos litros de leche entonces vos sabías cuantos litros debías, si hubiesen hecho eso, se crecía.

—¿Tiene algo positivo para destacar?
—La mesa de competitividad sirvió para poner al día con algunas noticias y tratar de ver cuál era la situación lechera de la mano del Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea) y nada más.

—¿No ayudo el Siglea ( Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina)?
—Ayudó a generar información que nunca había existido, pero te muestra lo que pasó antes, no te da una referencia hacia adelante. Esto ayudaría a planificar cuánto podes cobrar en un par de meses.

—¿La actual gestión es mejor o peor que la del kirchnerismo?
—No hubo diferencias entre las dos. Esta gestión intentó ser mejor, el problema es que la inestabilidad de la inflación y las devaluaciones atentaron ante la recuperación. En la administración anterior al menos hubo estabilidad, sin dejar de olvidar que con la intervención que había en los mercados de granos, los insumos se mantenían baratos y eso ayudó a a los tambos.

—¿Cree que por todo esto campo le dio la espalda al Gobierno?
—A mi no me extrañaría que dentro del sector lechero haya gente que está muy enojada o desilusionada con este Gobierno, porque la sensación que tuvimos es que se agravó la crisis que se venía arrastrando.

—¿Cómo ve el voto en octubre?
—Que no se sorprenda el Gobierno si el campo vota otra cosa porque la gestión de lechería no da para más. Es un voto bronca.

—CRA siempre impulsó el reordenamiento de la cadena. ¿Siente que se quedaron sólos?
—CRA estuvo sola porque el resto de las demás entidades no terminaron de entender el plan nuestro de institucionalizar el mercado. También hay muchas entidades que se sentaron en la mesa y no acompañaron porque no les convenía, dado que tenían diferentes objetivos.

—¿Cayó la producción?
—No. Hoy estamos estacando en 10.000 millones de litros producidos por año, pero si se siguen cerrando tambos vamos a pasar a 7 o 8 mil millones de litros. En este escenario se a va a tener que importar.

—¿Qué políticas esperan de haber un nuevo Gobierno?
—Espero que se pueda continuar con las mesas de competitividad dado que si se encaran en forma diferente son positivas, y desde ya pensar en dar incentivos para el crecimiento del sector porque si seguimos como hasta ahora vamos a tener menos leche.

U.S. Senator Kirsten Gillibrand, chair of the Senate Agriculture Subcommittee on Livestock, Dairy, Poultry, Local Food Systems, and Food Safety and Security, praised the U.S. Department of Agriculture’s (USDA) decision to reinstate the “higher of” Class I pricing formula for milk.

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