México cuenta con el suficiente conocimiento técnico para elevar su producción de leche, en un promedio de cuatro a cinco por ciento anual y en un mediano plazo lograr la autosuficiencia, coincidieron el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera, y el presidente de la Federación Mexicana de Lechería (Femeleche), Vicente Gómez Cobo.

Al participar en el Foro para el Impulso del Sector Lechero Nacional, en el Salón Verde de la Cámara de Diputados, Suárez Carrera manifestó su respaldo a propuestas hechas por el presidente de Femeleche, enfocadas a un ordenamiento del mercado nacional vía tasas compensatorias y normatividad.

Hizo un llamado a los legisladores a atender lo relativo al tema de gravámenes y dijo que el Ejecutivo está dispuesto a mejorar normas oficiales y garantizar su cumplimiento.

“Debemos alcanzar la autosuficiencia en leche para beneficio del sector lechero, principalmente de los pequeños y medianos productores, para los consumidores y para la salud de toda la población”, afirmó el subsecretario en el foro.

Consideró que en el Poder Legislativo debe imperar el fundamento de la Cuarta Transformación de separar el poder económico del poder político, a fin de que las decisiones sobre gravámenes que tomen los legisladores, en el marco de la próxima votación de la Ley de Ingresos, atiendan el interés público y no se sometan a los dictados de intereses particulares y de presiones de grupos de poder empresarial, como sí ha ocurrido en los regímenes pasados.

El presidente de la Femeleche, Vicente Gómez Cobo, expuso una propuesta de fomento a la producción de leche y dijo que es plausible que este sector crezca en cuatro o cinco por ciento anual sostenido en los próximos años.

Destacó la necesidad de que los legisladores aprueben una tasa compensatoria de 15 pesos por kilo a la leche en polvo descremada (lpd), a efecto de evitar competencia desleal con la leche fluida nacional.

Afirmó que hay experiencias que demuestran que este tipo de gravámenes aplicados a ingredientes no distorsionan el precio al consumidor, y en este caso se prevé que propicie una preferencia de los procesadores lácteos a comprar leche doméstica.

La lpd, dijo, se utiliza como un extensor y sustituto de la leche producida por los ganaderos y no permite una competencia leal, además de que inhibe el desarrollo de la ganadería nacional.

Hay un mecanismo denominado check off que aplica en Estados Unidos en diversos productos. El gravamen propuesto sería algo similar, detalló.

Gómez Cobo señaló también la conveniencia de que los productores lecheros, unos 240 mil en el país, se integren a la cadena de valor, a fin de que tengan mejor acceso a los mercados y a los mecanismos que mejoren su productividad, y para ello es necesario que se modifique la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR), que el régimen preferencial de este impuesto al sector primario se extienda a toda la cadena.

La intención de Femeleche es que, con ese cambio al ISR, los productores puedan conformar esquemas similares a una cooperativa europea o estadounidense, “nosotros le llamamos cadenas de servicio al costo”, donde los ganaderos lecheros se asocien para comercializar, procesar y transportar sus productos.

Otro planteamiento de Femeleche es que se profundice el trabajo ya iniciado de definición de normas oficiales mexicana (NOM) para todo el sector de lácteos, a fin de evitar en el mercado productos de bajo costo que engañan al consumidor y que compiten deslealmente frente a productos de mejor calidad nutricional.

Se publicaron en fechas recientes NOM para leche en polvo, yogurt y queso y entrarán en vigor el año próximo. “Estamos a unos pasos” en estas normas, aseguró.

El directivo dijo que la lucha de los lecheros en el tema de normas suma 12 años.

“Hoy a México entran productos que en sus países de origen están catalogados para uso pecuario, porque acumulan cierto tiempo de almacenamiento y, si bien son inocuos, han perdido valores nutricionales, sus proteínas se han degradado. Hay quesos análogos en el mercado que no tienen un gramo de leche. Eso se va a acabar”.

Ligado al tema, consideró necesario que el etiquetado de los alimentos dé certidumbre a los consumidores; que no falsee la información.

El subsecretario Víctor Suárez y el presidente de Femeleche coincidieron en la necesidad de fortalecer a los productores lecheros, particularmente los pequeños y medianos, incluso con mecanismos normativos y contractuales para la comercialización.

Dijo Gómez Cobo: “Queremos equilibrios”, y comentó que los 240 mil productores comercializan su leche con muy pocos procesadores.

Por ejemplo, hay 40 mil productores que entregan leche a unas 10 mil queserías, y de estas 15 compran la mitad. Eso genera desequilibrios en las negociaciones.

“El productor es pequeño y el comprador es grande. A los productores les urge vender, tienen que vender leche todos los días, y los compradores no necesitan comprar todos los días”, añadió.

De acuerdo con un diagnóstico de la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria, la producción lechera de México sumó 12 mil 800 millones de litros en 2018. El país es el primer importador de leche en polvo y el quinto en leche fluida; en 2018, importó el equivalente a tres mil 740 millones de litros de ambos productos, más 2.3 millones de toneladas de otros lácteos.

El consumo anual de leche en México es de 16 mil 120 millones de litros, esto es, 122 litros anuales per cápita, pero hay margen para que este último crezca a 188 litros per cápita, que es la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala el diagnóstico.

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